sábado, 19 de febrero de 2011

COCO CHANEL


"Hice mi vida a partir de la premisa de que todo aquello que no me gusta tiene un opuesto que em encanta" Coco Chanel

Revolucionaria, con mal carácter y una infancia difícil, transformó el mundo de la moda. Gabrielle Bonheur (Coco Chanel) nació en el orfanato de Saumur el 18 de agosto de 1883, hija de una enferma de tuberculosis y un vendedor ambulante que abandonaba el hogar durante largas temporadas. Cuando tenía doce años su madre fallece y su padre la abandona en el hospicio de Obazine, donde las monjas le enseñarían a coser. Estos comienzos tan duros de su vida marcarían profundamente el carácter de Coco aunque serían también la inspiración de su moda revolucionaria.En 1909 comienza su andadura en el mundo de la moda diseñando sombreros en París.



En 1910 con el apoyo económico de su amante, Boy Capel, inaugura su primera tienda de ropa: Modas Chanel.



Escandalizó a los caballeros con su corte de pelo a lo garçone y convirtió el uniforme del orfanato, el vestido negro, en todo un clásico de la elegancia. Rompió los corsés y desplumó los sombreros para imponer un nuevo estilo en el que lujo y elegancia significaban sencillez y libertad de movimientos. Con ella el tono bronceado de la piel dejo de ser un símbolo de pobreza y trabajo en el campo para convertirse en una moda que aún hoy perdura.



En 1914 creó una ropa cómoda inspirada en los uniformes de los mayordomos y de los mozos de cuadra, pantalones y camisas marineras, una ropa cómoda para una época de guerra. En la década de 1920 lanzó un mítico perfume, Chanel Nº5, siendo la primera diseñadora que lanzaba un aroma y en la década siguiente aparecieron sus primeros cosméticos, una pequeña línea compuesta de lápiz de labios, colorete y polvos translúcidos.



En los años 50 era toda una celebridad, entre sus clientas se encontraban Brigitte Bardot, Catherine Hepburn, Jackie Kennedy, Elizabeth Taylor, Grace Kelly o Marilyn Monroe. Su joyería de fantasía, mezcla de piedras preciosas y metales baratos, perlas, cadenitas a la cintura, sus trajes sastre, los broches de C entrelazada y las camelias son los estandartes de una mujer que se hizo a sí misma, que forjó su propia fortuna y que revolucionó la manera de vestir de las mujeres del siglo XX.



Tuvo muchos amantes pero ningún marido, deslenguada y dueña de un imperio murió sola en su habitación del Hotel Ritz el 10 de enero de 1971 en París.

Me gusta la gente. MARIO BENEDETTI


Primero que todo

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.